Recibí un email en el que una persona bajo el nick de Neskaia me recomendaba este libro. Mil gracias por ello. Estas pasadas navidades lo devoré con absoluto placer. Es uno de los libros que más me ha gustado del pasado año. Por supuesto no pude evitar leer el siguiente tomo, el de La chica que soñaba con un bidón de gasolina y una caja de cerillas (el tercero de la trilogía Millenium aparecerá en junio de 2009). Echa cuentas: leí los dos tomos en menos de tres días: estos libros que me roban horas de sueño son los que me reconcilian con la lectura. Me gusta la trama, me gustan sus personajes (inolvidable Lisbeth), me gusta como avanza la historia; me gusta tanto que pienso que no tardaré en releerlo. Son novelas negras, excelentes. Lo único triste de este asunto es la prematura muerte de su autor, un tipo especial, como sus libros.Totalmente recomendable, tanto si te gusta la novela negra como si no eres lector habitual del género. Reitero: totalmente recomendable.

 

Si quieres leer los dos post que escribí en el blog de El Decano pincha en leer más...

 

Novela -- adultos

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¡Viva Millennium!

Escrito por: pepbruno - 23 Junio 2009 (542 vistas)

 

¿Por qué me gusta tanto la trilogía de Stieg Larsson? Quizás por su trama compleja, por su forma de ir acercándose al desenlace, por su prosa firme (qué traducción), pero sobre todo por sus personajes. Sí, el gran hallazgo de la trilogía son sus personajes, en especial, Lisbeth Salander, si bien es verdad que Blomkvist en esta tercera parte ha vuelto por sus fueros y ha recuperado gran parte del protagonismo.
Lisbeth es una especie de heroína contemporánea, una heroína cuyos superpoderes afectan a los ordenadores, aunque no solo (es imposible olvidar algunas otras habilidades suyas, como las desplegadas en el deslumbrante momento del segundo libro en el que se enfrente a dos moteros). Tiene el magnetismo de lo intocable, de lo oscuro, y sin embargo pienso que hay momentos en los que está llena de luz.
Pero creo que por lo que me gusta tanto esta trilogía no es solo por eso: es más bien por su inquebrantable respeto por el ser humano, por su lucha contra las injusticias, contra los grandes (por muy grandes que sean) que se portan mal con los pequeños, por su defensa extrema de la legalidad.

Un claro ejemplo de esto son los tres libros que la revista Millenium publica a lo largo de la trilogía, uno sobre el caso Westendröp (una empresa), otro sobre trafiking, esclavitud sexual, y otro sobre La Sección, las cañerías podridas del Estado.
Sabíamos que se pueden escribir buenos libros y que, al mismo tiempo, estos pueden defender principios éticos y morales intachables. Lo que sucede es que estos libros no se escriben tan a a menudo como a uno le gustaría. Creo que por eso me siento tan contento: porque he podido vivir de lleno este alumbramiento y he podido disfrutar por completo, y en su tiempo, de cada una de sus páginas. 
Lo único que lamento de esta fiesta de la literatura es la prematura muerte de su autor. Me ha pasado pocas veces que un libro salga un jueves por la mañana y un viernes por la noche esté terminando su página 864, la última. De verdad la última.

 

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Un par de libros y muchas mujeres muertas

Escrito por: pepbruno - 28 Diciembre 2008 (710 vistas)

 

Esta misma mañana he terminado de leer Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson, en Destino. Al parecer el libro ha sido seleccionado por un grupo de sesudos críticos como uno de los diez mejores títulos publicados a lo largo del año en España. Yo, desde luego, no puedo leer todo lo que se publica en este país, pero sí puedo afirmar que es uno de los mejores libros que he leído en los últimos meses. 
No soy aficionado a la novela policiaca, aun así de vez en cuando leo alguna (en realidad no me importa que sea policiaca con tal de que sea una buena novela). Este año entre todos los títulos que he leído pasó por mis manos La tercera virgen, de Fred Vargas, en Siruela (gracias Ana por la recomendación), una novela también policiaca que me gustó bastante.

Pero volviendo al tema con el que iniciaba el post: lo cierto es que el libro de Larsson me ha recordado a otro libro que leí hace cosa de dos o tres años, 2666, de Roberto Bolaño, en Anagrama. No sé si han tenido oportunidad de leerlo, se lo recomiendo encarecidamente, es una obra maestra, un libro inolvidable.
Son curiosas algunas coincidencias entre ambos autores (y sus dos libros): los dos vivieron solo 50 años (Bolaño nació en el 1953 y murió en 2003; Larsson nació en 1954 y murió en 2004); los dos murieron antes de ver sus libros (los que les consagraron como autores imprescindibles) publicados. Pero, a mi entender, el punto en común más interesante de estos dos libros (y, por ende, de ambos autores) es la comprometida denuncia que se hace de la violencia contra las mujeres.
Podría hablar aquí de muchas de las bondades de los dos libros: la estructura de ambas novelas, la trama, los personajes extraordinarios, el estilo exquisito... pero no puedo, hoy sólo quiero que se fijen en estos libros como una experiencia única.
En el libro de Larsson se puede escuchar con verdadero horror a un asesino en serie que lleva años matando impunemente a mujeres; en el libro de Bolaño se transita con horror por el desierto de Sonora, por Ciudad Juárez y sus cientos de mujeres terriblemente asesinadas.
Mujeres muertas a manos de hombres. Violencia irracional, incomprensible. Todavía hoy, en pleno siglo XXI, miles de mujeres son maltratadas y asesinadas por el hecho de ser mujeres. Increíble. Increíble. Increíble. 
En algún momento he hablado en este mismo blog de la función de la literatura. Hoy más que nunca creo que hay libros que deberían ser de lectura obligatoria; libros imprescindibles para el crecimiento personal y para el progreso de la sociedad; libros capaces de llevarnos hasta el corazón del horror para que aprendamos lo que no debemos ser, lo que no queremos ser, lo que debería pertenecer solo al territorio de la ficción. Hay libros que se leen en unos días y nos acompañan el resto de nuestra vida. Hay libros que, tras la catarsis de su lectura, nos hacen más humanos: 2666Los hombres que no amaban a las mujeres son dos de estos libros.

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