Para los talleres de escritura puedes proponer textos a partir de textos: textos que sean juegos y que tengan sentido a partir de otros textos. Esto sucede a veces entre escritores; muchos escritores hacen guiños y homenajes a otros escritores o textos, así, unos textos llaman a otros.
Aquí tienes algunos ejemplos (tres) que yo he encontrado, pero mi consejo es que tú, a partir de tus propias lecturas, trabajes estos temas, seguro que partiendo de tus propias lecturas conseguirás emocionar más a los niños y niñas con los que trabajes.
Por cierto, añado al final (ab05) un cuarto ejemplo con el tema de la ilustración, no dejes de echar un vistazo.
Cuatro ejemplos:
EL PRIMERO
El cuento titulado ¡Oh, qué voz tiene el león! de Alcántara y Urberuaga (ed. Combel) tiene un protagonista que es un pequeño león llamado Florián. Curiosamente, Janosch, uno de los clásicos de la LIJ del siglo XX, tiene un cuento titulado ¡Trácate! Eres un oso, publicado hace años por Ed Orbis-Plaza Joven (traducción de Mª Elena Walsh), en el que el hermano pequeño del protagonista, Florián, se convierte en león. ¿Qué casualidad, no? El libro de Alcántara y Urberuaga lo puedes encontrar en librerías y bibliotecas (por cierto, son al menos cuatro en total los cuentos que tienen como protagonista al pequeño león Florián, todos en la misma editorial), el de Janosch es algo más complicado de conseguir...
Puedes hablar con los niños sobre si este es un dato casual o no, y si los dos leones tienen algo en común o no. Tal vez el Florián hermano acaba transformado en león para siempre porque a su hermano se le olvidó decir ¡Trácate¡, puedes continuar la historia de cómo se volvió a convertir en niño, o puedes inventar más aventuras de Florián, que en las noches de luna llena se convierte en niño...
EL SEGUNDO
Un libro excelente y lleno de guiños con otros textos es Hasta (casi) 100 bichos, de Daniel Nesquens, con unas ilustraciones fantásticas de Elisa Arguilé (todas salvo una que es de... ¿por qué mejor no te animas y lo buscas?), en editorial Anaya. En este libro se hablan de muchos animales, como es lógico, pero en un momento habla del águila diciendo: “Si le preguntásemos a un águila qué es lo que quiere ser de mayor, ésta, sin duda alguna, respondería que una mosca. Y es que al águila le encanta posarse en la tortilla de patata del excursionista, pero como tiene las alas tan grandes, el cuerpo tan pesado y las garras como cornamentas de ciervos le resulta imposible. Además, siempre que lo intenta asusta al excursionista; que lo primero que hace es recoger la toritilla de patata en el coche, no dejando ni las migas”.
En otro libro de Augusto Monterroso, uno de los mejores autores del siglo XX y maestro indiscutible de la brevedad, La oveja negra y demás fábulas, en ed. Punto de Lectura, hay una fábula titulada “La mosca que soñaba que era Águila”, y que comienza así: “Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes (...)”. Éste es uno de mis libros favoritos, no dejes de echar un vistazo si puedes.
Como actividad puedes proponer que los muchachos escriban sueños cruzados de animales distintos pero con alguna semejanza: un saltamontes que sueña ser canguro y a la inversa, por ejemplo.
EL TERCERO
Por último, vamos con algo de poesía. Veamos algún poema de Lorca en esa colección imprescindible para todos aquellos que trabajamos con niños, Alba y Mayo, el libro tercero de la misma se titula, Federico García Lorca para niños, en Ediciones de la Torre. El poema de la página 96 dice así:
CANCIÓN
Tan, tan.
¿Quién es?
El Otoño otra vez.
¿Qué quiere el Otoño?
El frescor de tu sien.
No te lo quiero dar.
Yo te lo quiero quitar.
Tan, tan.
¿Quién es?
El Otoño otra vez.
Fíjate ahora en este poema de la sección “Posadas” de Antonio Rubio, poema recogido en su fabuloso libro Versos vegetales, en Anaya:
-Tan, tan.
-¿Quién dice tan?
-El tulipán.
¿-Qué quiere?
-Saber cuando llueve.
-¿Por qué?
-Porque tengo sed.
-Pues beba del río.
-No, que me enfrío.
-Pues del regato.
-No, que me mato.
-Pues del nevero.
-No, que me muero.
-Pues de la mar.
-Está salada,
y me puedo ahogar.
Como propuesta podéis jugar y hacer poemas con estructuras similares: llaman el otoño y el tulipán, pero pueden ser muchos más los que llaman y son muchas las distintas cosas que pueden pedir.
En un taller con jóvenes, en Yunquera de Henares, Guadalajara, me comentaron que había una cancioncilla para saltar a la comba que decía:
-Tan, tan
-¿Quién es?
-el cartero
-¿Hay carta?
-pues no
-pues hasta luego
En este mismo taller, con estos mismos muchachos, salieron algunos poemas muy bonitos. Prueba y verás qué cosas tan bonitas salen.
Puedes fijarte también en las ilustraciones de los libros. Aquí tienes dos ejemplos interesantes, se trata de dos libros, el primero es un clásico contemporáneo titulado Tragasueños, de Michael Ende y con ilustraciones de Annegert Fuchshuber, en la editorial Juventud.
El segundo es un libro de uno de los más importantes autores de la LIJ en España, Carles Cano. El libro se titula El árbol de las hojas Din A-4, las ilustraciones son de Carlos Ortín y está en la editorial Kalandraka .
Si puedes fíjate bien en las similitudes y coincidencias (y también en las interesantes diferencias) que hay entre las ilustraciones de los árboles, aquí tienes un par de ejemplos (no creo haber elegido los mejores, en fin).
Un ilustrador al que le encantan hacer guiños en los álbumes infantiles es Kiko Dasilva, fíjate si no en el excelente álbum Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis la noche de Reyes, maravilloso cuento de Chema Heras publicado en Kalandraka. En este álbum hay una lámina (la sexta) en la que se ve un cuadro en la pared, ese cuadro es una ilustración de otro libro de Kiko Dasilva, Moncho y la mancha. Precisamente en Moncho y la mancha aparece un nuevo guiño, esta vez se trata del protagonista de un cuento ilustrado por Óscar Villán (conocidísimo cuento por el que le dieron el Premio Nacional de Ilustración), pero ya no te voy a dar más pistas, porque como sigamos tirando del hilo de los guiños esto no tiene fin.
De hecho hay álbumes edificados sobre otros álbumes, el caso más claro es el titulado Un libro de osos, de Antonio Ventura, ilustrado por un ilustrador increíble, Pablo Amargo (no dejes de mirar continuamente todo lo que este ilustrador haga), el álbum está en editorial Camelia.
Este libro habla de distintos tipos de osos, todos los osos que cita son osos de cuentos, de buenos cuentos, puedes de hecho jugar a encontrarlos. Yo te voy a dar una pista (jejejeje, me temo que la más fácil), el oso que tiene miedo a la oscuridad no es otro que el protagonista de otro cuento clásico contemporáneo: ¿No duermes, Osito?, de Waddell, ilustrado por Firth, en la editorial Kókinos. Fíjate que lo más fácil es que Pablo Amargo hubiera recreado ilustraciones de los distintos osos de los que habla el texto de Ventura, pero Pablo da una vuelta más de tuerca y es capaz de crear su propio contexto y su propia ilustración. En verdad es un gran ilustrador (no por nada ha recibido en 2005 el Premio Nacional de Ilustración)
Así, ya sabes, te animo a que disfrutes de los álbumes y no dejes de buscar detalles, están llenos de ellos, y álbum llama a álbum.