En 1999, en mi primer viaje a México (siempre para contar), impartí una charla a un nutrido grupo de profesores, bibliotecarios y algún que otro editor. Tras la charla se acercó uno de los asistentes y me dijo: "tome, este libro le estaba esperando", y me regaló Del otro lado del árbol. Me quedé tan sorprendido como fascinado por el álbum. Durante un año largo tuve el libro en mi "cocina de cuentos" hasta que en el año 2000 empecé a contarlo. Pocos libros tan emocionantes y gozosos, pocas historias tan reconfortantes. Sí, parece que, en verdad, este álbum me estaba esperando. Y era para quedarse. Imprescindible.
Mandana Sadat, su autora ilustradora está entre mis favoritos.
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