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Aquí llega, puntual y fiel a su cita, la hoja volandera BOLETÍN de febrero. Son muchos los refranes que hacen referencia a este mes y de entre todos ellos me gusta uno que dice "febrerillo chiquitín, embustero y bailarín". Febrero es el mes fugaz, así que no nos entretengamos más y vayamos con él.
AGENDA. Febrerillo el loco le dicen, y no es extraño, sólo hay que ver las provincias por las que andaré en sus 28 días: Huesca, Guadalajara, Madrid, Cáceres, Navarra y La Rioja. Podéis ver los detalles en la agenda.
DESTACADO. Como destacados de este boletín van dos enlaces: una estupenda entrevista que me hizo un niño de 10 años en la biblioteca de Parla (de verdad muy chula), y este pequeño reportaje de un minuto y medio para TeleCastillaLaMancha.
ACTIVIDAD. En diciembre comencé a impartir en Azuqueca de Henares un taller sobre narración y tradición oral. En este blog podéis ver los primeros resultados: cuentos, cantares, retahílas, chascarrillos, refranes, romances, juegos, canciones... un tesoro al alcance de la mano.
CURSO DE ANIMACIÓN A LA LECTURA. El curso de Animación a la Lectura ya está confirmado, hay apuntada gente suficiente para impartirlo (es una buena noticia) y además todavía quedan algunas plazas (también es una buena noticia) por si os animáis a participar. Toda la información aquí.
CUENTO. Aquí va el cuentito del mes.
El presidente del Gobierno quiso recuperar las buenas costumbres y pidió se creara la figura de bufón presidencial. Al principio hubo muchas críticas por tan extraña medida (que incrementaría los gastos en estos tiempos de recortes), pero cuando el bufón comenzó a acompañar al presidente a las ruedas de prensa la actitud fue cambiando. El bufón hacía bromas zafias, humoradas tontas, comentarios gruesos, y tiraba de repertorio de chistes malos para dar la vuelta a todas las cosas "serias" que decía el presidente. Poco a poco fue ganando protagonismo y los periodistas pedían que el bufón también contestara a algunas preguntas. Así, cada vez más, el bufón iba acaparando micrófono mientras al presidente se lo iban tragando las sombras. Llegó un día en el que el presidente ni siquiera se presentó a la rueda de prensa, lo hizo el bufón en su lugar. Más tarde, en la visita al país vecino, el bufón asumió la representación. Ídem en la cumbre de Estados, o en la asamblea de la ONU, o en las reuniones de ministros... Pasados los años nadie recordaba que el bufón, en realidad, no era el presidente. Ni siquiera cada vez que repetía uno de sus pésimos chistes y con ello llevaba al paro o a la ruina a millones de compatriotas.
Saludos y feliz mes lleno de cuentos
Pep Bruno
