(dic2012)

A principios de los 2000 fui a contar a un pueblecito de Albacete llamado Casas de Ves. Allí conocí esta actividad sencilla, barata y verdaderamente buena para animar a leer: los cuentos con chocolate. Pronto di noticia de la actividad (en esta misma web y en el blog del añorado El Decano de Guadalajara), es más, en 2004 ya estaba poniéndola en marcha en el colegio de mis hijos. A día de hoy sé que unos cuantos colegios de Guadalajara tienen cuentos con chocolate (CEIP La Senda, CEIP Las Lomas, etc.), es más, sé que incluso alguna biblioteca (la de Azuqueca de Henares) ha comenzado con una variante denominada "meriendas de cuento" (más información aquí). Y más allá de esta provincia los cuentos con chocolate prenden firmememente (mira si no me crees el "Berenar de contes" que celebran en el CEIP Lluis Millet, en El Mansou, con Noemi Caballer)

Pero basta ya de preámbulos y vayamos con la actividad.

 

EN QUÉ CONSISTE

En principio, la actividad parece bastante sencilla: una vez al mes, o cada quince días, o cada semana, se reúnen un grupo de padres y madres con sus hijos para contar y escuchar cuentos.

Después de los cuentos se merienda pan con chocolate (que era la merienda más anhelada en los pueblos cuando las madres de Casas de Ves eran niñas). De ahí el nombre de la actividad.

Esta actividad estaba vinculada al colegio:

  • porque el colegio cedía un aula o la biblioteca escolar para que, esa tarde al mes (fuera del horario escolar) se utilizara para contar cuentos
  • porque las madres/padres de los niños y niñas eran del AMPA de la escuela
  • porque además de las madres, también contaba alguna profesora del centro
  • porque el AMPA era la que pagaba el pan y el chocolate que se daba después de los cuentos

Dicho esto, obviamente se podría hacer también sin vinculación con el colegio: un grupo de padres y madres que se reúnen con cierta periodicidad para contar cuentos a los niños y niñas en algún domicilio particular, o centro social, o cultural, o sala de alguna biblioteca. Igualmente también se podría vincular la actividad a alguna otra institución que no sea un colegio (como por ejemplo, una biblioteca municipal).

 

PUESTA EN MARCHA

En dos ocasiones he colaborado para la puesta en marcha de esta actividad, en el colegio de mis hijos y en el de mi mujer. En los dos casos se dio una nota a través del AMPA explicando en qué consistía esta actividad que iba a ponerse en marcha e invitando a las madres y padres interesados a que participaran en un minicurso que impartía yo con unas cuantas nociones básicas sobre narración oral y bibliografía.

En otros sitios se saltan este paso primero (el minicurso para gente interesada), no es imprescindible. Pero viene bien al menos por un par de razones:

  • se comienza la actividad con algo más de seguridad: quienes cuentan tienen unas pequeñas pautas claras que les sirven para iniciar su andadura como narradores frente a un público de forma más relajada
  • el minicurso se convierte también en un refuerzo para los participantes, refuerzo o contraprestación. Una manera de agradecer a quienes van a poner en marcha la actividad su implicación.

Hecho el minicurso, no hay más que fijar la periodicidad de las sesiones de cuentos, elegir las fechas y ponerse a contar.

 

ALGUNAS CLAVES FUNDAMENTALES

La actividad, como os he dicho, es muy sencilla, pero, desde mi experiencia, tiene algunas claves que debéis tener en cuenta para que sea divertida y tenga una larga vida:

UNO. Es importante que no olvidéis esto: a los cuentos con chocolate SOLO asisten los hijos de los padres que cuentan. Si tenéis diez padres/madres que cuentan, entonces sus hijos son los que asisten. Si queréis que haya algo más de público el grupo (de narradores) puede decidir si cada padre/madre además de llevar a sus hijos puede llevar a dos amiguitos más. Personalmente yo optaría sólo por la opción del propio público familiar. Quizás os preguntéis ¿por qué sólo los hijos de los cuentistas? Muy sencillo, si no lo hacéis así corréis el riesgo de que haya padres que os "suelten" a sus hijos en la sala donde estáis contando cuentos mientras ellos "se van a hacer recados" o "tomar un café". La verdad es que todavía no os he contado qué es lo mejor de los cuentos con chocolate. Lo mejor es el trabajo que durante un mes (hasta la próxima tarde de cuentos) se realiza en cada casa: madres y padres buscando un buen cuento para contar, consultándolo con sus hijos e hijas, y cuando ya han dado con él, entonces lo preparan y lo ensayan una y otra vez en casa. Es decir, en esa casa, los libros y los cuentos contados ocupan un lugar muy relevante. Muy relevante. Además sucede que la actitud de los padres con respecto a los libros (de búsqueda, de convivencia, de aprendizaje) y los cuentos (de disfrute, de compartir, de contar) se transmite casi sin sentir, y los hijos asumen como algo natural y propio ese gusto por los libros y cuentos contados. Para mí este es, sin duda, uno de los grandes valores de esta actividad: la convivencia del libro y el cuento contado con la familia de manera alegre, con gran emoción y presencia.

DOS. Para que puedan ir sumándose narradores y narradoras al colectivo de adultos que cuentan, se permite que una familia (madre, padre e hijos) asista a una sesión para ver de qué va. Si quiere ir a más sesiones entonces los adultos tendrán que llevar preparados cuentos para contar en la siguiente sesión. Nosotros lo hicimos así, tal vez vosotros queráis poner más de una única sesión de  invitación. Es cosa vuestra. Pero creo que no debe haber "muchas sesiones de invitado".

TRES. No cuentan los niños y niñas. Puede suceder que los niños que van asistiendo quieran contar también. Sin embargo, desde la experiencia que he tenido con esta actividad, intentamos que no cuenten los niños y niñas. Esta no sería una norma estricta, pero es una norma para impedir que los niños, emocionados por los cuentos, salgan cuenten cualquier cosa (que es lo que a menudo sucede si les cedemos el turno de contar). Otra cosa sería que algún niño haya preparado también un cuento a lo largo del mes. O que una madre/padre se haya preparado un cuento con su hijo/hija. O por ejemplo que se celebrara una sesión de cuentos con chocolate hecha por niños y niñas. De cualquier manera es importante que el peso de la actividad recaiga sobre los adultos, tenedlo en cuenta. Los cuentos con chocolate, en principio, no están pensados como actividad para que cuenten los niños, sino para que cuenten los padres y los niños perciban el valor del cuento en casa.

CUATRO. Es importante, si la actividad está relacionada con la escuela (o la biblioteca) que haya algún otro adulto de la comunidad educativa (profesoras, bedel, cocinera...) que también asista y cuente. Somos comunidad.

 

DEL DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Al contarse los cuentos en la biblioteca escolar (así lo hemos hecho nosotros siempre) hay que hablar con el colegio para ver cuándo se puede hacer y quién puede abrir y cerrar el centro (si hay alguna profesora que asiste, siempre puede ayudar en esto). 

También debe haber alguien que se encargue de que el AMPA tenga el pan y el chocolate preparado para cuando terminen los cuentos.

Es importante que haya, además, una persona encargada de la sala: que dirija cómo colocar el espacio para que sea lo más cómodo posible para contar y cómo recolocarlo de nuevo tal cual estaba para que al día siguiente esté listo para su uso habitual. Es importante que dejéis todo en perfecto estado y bien colocado. La encargada de sala podría ser rotativa.

El grupo puede funcionar solo para los turnos de cuentos, o la misma persona "encargada de sala" puede asumir ese papel.

Es fundamental que cada padre/madre esté pendiente de sus hijos: no podemos incordiar a los otros narradores. Con esta actividad muchos padres se dan cuenta de lo molesto que puede resultar un niño despistado o que está incordiando: poner a los padres delante del público es darles un nuevo punto de vista. Por eso he insistido tanto antes: sólo los hijos de quienes cuentan (y los de los invitados en una primera sesión) pueden asistir a la actividad, porque así cada padre/madre puede disfrutar de los cuentos (es un premio para ellos) y también estar al cuidado de sus hijos.

 

DE LAS VIRTUDES DE ESTA ACTIVIDAD

Son muchas, en verdad, las virtudes de esta actividad. Algunas ya las he ido desgranando a lo largo de este breve artículo: la re-valorización de los libros y los cuentos contados en casa; el ejemplo que damos a nuestros hijos buscando, preparando y contando cuentos (en este sentido, tendríais que ver las caras de felicidad de los niños cuando sus padres están contando); el alimento continuo de cuentos contados en casa; la concienciación de padres y madres sobre la necesidad del buen comportamiento de los niños en las sesiones de cuentos, etc.

Pero hay más, muchos más, por ejemplo: la búsqueda conjunta de nuevos cuentos cada mes se convierte en una excusa fantástica para visitar juntos la biblioteca o la librería; el reforzamiento de la comunidad educativa que trabaja junta, disfruta junta, participa junta, alrededor de la palabra dicha (que siempre ha convivido con la comunidad); y más allá de la comunidad educativa, los cuentos contados nos alimentan (como individuos) y como grupo. Una última nota sobre las virtudes: los padres y madres que cuentan en los cuentos con chocolate pueden acabar por colaborar con el colegio (o la biblioteca) en actividades puntuales como cuentos contados en el día del libro por las aulas, o sesiones de cuentos en diversos ciclos y por diversos motivos... pueden acabar convirtiéndose en unas piezas muy valiosas y enriquecedoras dentro de la vida del centro. Mimadlos.

 

Para que echéis un vistazo y os hagáis una idea algo más clara de esta actividad, una vez más os enlazo a las entradas del Blog de la Biblioteca Escolar del CEIP La Senda que administra Mariaje, mi mujer. Aquí podréis ver algunas fotos y notas sobre los cuentos con chocolate.

 

Ojalá os animéis a ponerla en marcha, seguro que os va a encantar.

Saludos

 

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BERENAR DE CONTES (CEIP Lluis Millet, El Mansou)
Noemí Caballer
¿Qué es?
“Berenar de contes” busca ser un encuentro  familiar en el CEIP Lluis Millet del Masnou para realizar actividades de promoción de la lectura y fomentar el gusto por las palabras dirigido a los más pequeños de la escuela
Queremos:
- compartir experiencias, lecturas que hacemos en casa, estrategias de lectura…
-realizar sugerencias de lectura para nuestros hijos, compartir recursos, información alrededor de la lectura (actividades que se realizan dentro de nuestro ámbito geográfico y que son de calidad)
-compartir recursos hechos por especialistas y que pueden resultar de interés para las familias 
-hacer talleres de creatividad
-Y SOBRE TODO: queremos contar cuentos, escuchar cuentos, que los padres y las madres se animen a contarnos sus cuentos preferidos, sus adivinanzas, sus retahílas, sus estrategias orales para ir a dormir, para comer…
Esta  actividad está abierta a todas las familias de P3, P4, P5, 1o,  2o y al personal del centro a quien le interese la actividad. Cada niño tiene que ir acompañado de un adulto.
¿Donde y cuando?
Nos encontramos todos los últimos miércoles de mes en la biblioteca del colegio (si se queda pequeña adecuamos alguna otra sala) 
¿Por qué?
Porque estamos convencidos de que leer y contar cuentos estimula el placer de escuchar, de imaginar y de crear.  Y porque creemos que las historias y la lectura juegan un papel vital en el desarrollo cognitivo y emocional de nuestros hijos 
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Esta actividad nació inspirada en los “Cuentos con chocolate” de la que tuve noticia gracias a Pep Bruno, la llevamos a cabo un grupo de madres y padres que creemos en la lectura desde la pre-lectura,  la iniciamos el curso pasado y tuvo tal éxito de asistencia que la biblioteca se nos quedó pequeña y hemos ido habilitando aulas libres del colegio.
 La experiencia está siendo más que gratificante, hay  muchas familias implicadas y muchas ganas de escuchar.  Cada familia aporta algo al encuentro,  a lo largo de un curso y medio que llevamos de historia hemos tenido cuentos con ilustraciones en directo, cuentos a medida, cuentos con música, cuentos-cuentos, cuentos proyectados,  y hasta cuentos con yoga!, … hemos hecho talleres de creatividad, hemos jugado con las palabras, y nos hemos divertido mucho!
Es emocionante comprobar cómo las familias se involucran, cómo tiran el proyecto adelante, cómo mes tras mes los niños están ávidos de historias y cómo las cosas si se hacen con cariño, funcionan.