Entrevista realizada por Nacho Alonso a Mariona Cabassa y Pep Bruno para el blog literario Fervenzas Literarias, enero 2011, con motivo de la recepción del III Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado y la publicación de la obra ganadora: La familia C.
Puedes leer la entrevista en gallego, aquí.
LA FAMILIA C --- PEP BRUNO y MARIONA CABASSA
A Pep Bruno se le conocen múltiples facetas: escritor, editor y cuentista. En su caso qué fue antes, la palabra escrita o la oralidad?
Pep: A pesar de que he escrito siempre y que de pequeño tenía claro que quería ser escritor, realmente lo que me dio de comer ha sido contar. Lo que no me plantee nunca en la vida es que acabaría contando.
A la narración oral llegas -tanto en mi caso como con otros compañeros a los que he preguntado sobre esto- sin planteártelo. Todos hemos seguido caminos diferentes y de repente llegas a ser contador de historias. Es como si el cuento te hubiera escogido a ti, como si eligiera la boca donde quiere habitar.
Mariona, su formación es puramente en Bellas Artes. También le escogió a usted la ilustración de libros y el trabajar para el público infantil o fue premeditado?
Mariona: Bueno, de hecho mi formación (en la Escola Massana de Barcelona) fue primero en diseño gráfico. En tercer curso decidí cambiar a ilustración, completamente decidida a dedicarme al mundo del libro infantil. Es más, se puede decir que al principio de mis estudios solo pensaba en el libro infantil como soporte en el que trabajar, y de hecho mis primeros trabajos como profesional fueron libros infantiles ilustrados, pero a medida que pasaron los años mi trabajo se fue diversificando y comencé a trabajar en otros soportes, también para un público adulto.
Presentáis en La familia C dos historias paralelas: por un lado está la rutina diaria de una familia corriente (desayuno, leer el periódico, la escuela...) y por otro vemos la forma imaginativa de enfrentarse a ese mundo cotidiano. Aparece en este álbum ilustrado cómo hacer de la realidad ficción y de la ficción fantasía.
Pep: El álbum ilustrado como género tiene un gran potencial. Los primeros libros que escribí estaba muy clara la diferencia entre texto e ilustración, podías disgregar el uno del otro. En los últimos álbumes publicados esas dos líneas creativas confluyen.
Cada uno de los libros que escribo, al igual que sucede con las historias que cuento, tocan historias que me interesan. Es una proyección de todo lo que me preocupa, de mis inquietudes, lo que en realidad me emociona.
Creo que no solamente en La Familia C se ve una inquietud social, eso es un aspecto que aparece incluso en mis libros que en principio pueden parecer más peregrinos y rimbombantes. En todos ellos hay una historia, y en esa historia siempre hay una idea que subyace, una idea que me provoca y que me gustaría contar.
Mariona: Yo creo que justamente fue este aspecto del libro, planteado por Pep desde el inicio, lo que me atrajo de esta historia. Me interesan particularmente los libros donde se pueden tomar distintos caminos, donde hay una narración escrita y otra visual, o varias que se separan y se unen en distintos puntos. No todos los libros o historias lo permiten o lo necesitan, pero esta era premeditadamente así desde el comienzo y a mí como ilustradora, me ofrecía muchas posibilidades.
Eso queda muy bien reflejado en las ilustraciones, donde los personajes aparecen plenos de color frente al trasfondo rutinario del quehacer diario, representado por las imágenes de Mariona a través de tonos grisáceos.
Pep: En el caso de La familia C envié a Mariona tres folios de texto, de los cuales dos folios y medio eran sólo de notas, donde le explicaba cual era mi idea para este álbum. Los tonos grisáceos representan la rutina, el día a día. Sin embargo, vemos que el color es la ilusión, la fantasía, lo que los personajes imaginan y viven. El color es lo que hace que la vida tenga magia.
Explicar todo esto puede parecer sencillo, pero hacerlo de una forma sutil, que se haga visible, es un proceso muy interesante. Esta forma de trabajar comenzó con mi álbum anterior*, donde entre lo que tú cuentas y lo que el lector lee hay una tensión que no es real. Son dos discursos que sorprenden al lector cuando llega a la última página. Son álbumes que si los cuentas sin ver las ilustraciones parecen cosas diferentes.
Mariona: Pep me lo planteó así, como os cuenta, y a mí me pareció estupendo. El color para mí, desde pequeña, ha sido algo vínculado a la imaginación, la fantasía… El planteamiento de Pep no podía ser más acertado. Aunque no siempre la rutina es gris, sí creo que a veces nos olvidamos (las adultos principalmente) un poco de la otra parte, la representada por el color en este libro.
Separar ambos mundos a nivel cromático no me resultó difícil. Las ilustraciones están hechas, básicamente, con tres técnicas: acrílico, collage y digital. Las tres son, a mi parecer, muy plásticas y versátiles y, al menos a mí, me resulta fácil trabajar el color con ellas.
Casi todas las ilustraciones parten de una base de papel de tonos grisáceos sobre la cual fueron apareciendo los colores.
* Un loro en mi granja (Edelvives), IV Concurso Internacional Álbum Ilustrado Biblioteca Insular–Cabildo de Gran Canaria
Pep, indica usted en su blog que una vez que realiza el texto se lo pasa a Mariona para que realice las ilustraciones. Este es el cuarto trabajo que realizáis juntos. ¿Cómo elige a los ilustradores?
Pep: Yo conozco a Mariona porque el primer álbum que publiqué* fue con ella. En ese caso la editorial me habló de Mariona. Me comentaron que es una ilustradora que realiza un trabajo muy interesante y que sus ilustraciones quedarían muy bien con mi texto. Cuando vi su trabajo dije inmediatamente que sí, que quería hacer ese álbum con ella.
Los trabajos que salen a través de editorial tienen el problema de que existe muy poco diálogo entre autor e ilustrador. Sin embargo los editores sí que hablan mucho, tanto con el ilustrador como con el escritor. Podríamos decir que es un diálogo a tres bandas.
A mí me interesan estos libros que se presentan a los premios. Proyectos que realizas de tú a tú con la ilustradora. En el caso de La Familia C Mariona estaba en Barcelona, donde vive, y yo en Extremadura. Pasamos muchas horas colgados al teléfono hablando, intercambio ideas, discutiendo...
Como proyecto a mí me deslumbraba La familia C, pero necesitaba un ilustrador que me entendiera, con quien yo pudiera dialogar y que asumiera el proyecto sin distorsionar la idea original. Cuando hablo con Mariona y me envía la primera ilustración casi me vuelvo loco con la emoción. La idea puede parecer bastante sencilla, pero entre que surge la idea, la desarrollas y se realizan las ilustraciones La familia C tiene prácticamente un año de trabajo, pero el resultado sin duda mereció la pena.
Mariona: Trabajar con Pep….¡qué te voy a decir! ¡Es estupendo! Yo creo que es por la proximidad y confianza que hay, después de cuatro libros juntos. Yo creo que es una mente muy inquieta y propone muchas ideas. Aunque no todas aparezcan en el resultado final, esto es buenísimo para los primeros pasos de un libro.
Pep propone ideas, yo propongo otras tantas y luego charlamos y decidimos. No hay imposiciones, sino sugerencias.
En el caso de La Familia C, de todos modos, sí había unas pautas a seguir, porque si no el libro hubiera perdido el sentido, pero todo lo hemos hecho desde una gran flexibilidad.
* Conto para contar mentres se come un ovo frito, publicado por Kalandraka en 2002.
El recurso del circo, donde lo fantástico deviene en realidad, un mundo afín a la propuesta del libro.
Pep: El circo es parte de la idea original de La familia C. En el proceso de elaboración hablaba con Mariona sobre esto. La rutina es gris y lo que imagina la familia es de color. Aparecen los motivos de circo porque es un espacio de color, de imaginación, un lugar que es de la Tierra pero no es de esta Tierra: un lugar donde lo imposible se hace posible. El circo simbólicamente tiene una potencia increíble.
Cómo es el hecho de enfrentarse a un relato oral, donde puedes introducir detalles, alargar el relato, etc. y preparar un álbum ilustrado, con el texto al desnudo, breve... Donde el autor interactúa con el ilustrador.
Pep: Son mundos que prácticamente no se tocan, aunque parezca que tienen mucho que ver. Este tipo de cuentos pertenecen al mundo literario y al de la palabra escrita, al mundo del álbum ilustrado.
Cuando cuento oralmente procuro jugar con las herramientas que me ofrece la oralidad: el contexto, la palabra, los gestos... Lo escrito la realizas tú sólo en la soledad de tu casa.
Cuando el libro está en las librerías yo ya no puedo hacer más por él, mi tarea finalizó. Sin embargo, cuando cuentas es empezar de cero, todo es nuevo y diferente a la vez anterior.
¿En qué ha evolucionado tu técnica de ilustración desde ese libro primigenio hasta esta La familia C? ¿Qué es lo que aporta Mariona Cabassa a todas sus obras?
Mariona: Bueno…¡ha llovido bastante desde el Huevo frito! Yo creo que han pasado muchas cosas a nivel formal, sobre todo. Me he despojado de muchas manías, todos los ilustradores tenemos nuestros “tics”. Mi trabajo es menos barroco ahora, creo que hay algo más “limpio” en la forma y en el color. También le doy más importancia al dibujo, ahora lo veo como la base fundamental en lo que hago (al principio estaba solo preocupada por el color, la mancha)…
En común… la verdad es que no lo sé, siempre me ha parecido casi mágico que las personas que ven mi trabajo puedan identificarlo como mío. Supongo que en todo trabajo de un ilustrador, hay algo que va más allá de lo formal, y que no se puede explicar, pero que es su esencia, lo que conforma su estilo….
¿Cómo os sentís los narradores orales de hoy en día respecto a esas generaciones anteriores que eran auténticos expertos en contar historias? Sigue con vuestro trabajo la saga trovadoresca.
Pep: Los narradores tradicionales son para nosotros un modelo y un ejemplo. Nosotros retomamos un oficio que existe desde siempre: romanceros, ciegos, … toda esa gente eran cómicos de la lengua.
Nosotros estamos ahora retomando esa tradición, y no porque hayamos querido, sino que es el cuento quien tiene sus propias artimañas para seguir existiendo. El cuento sabe que mientras sigamos contando historias seguiremos siendo humanos, cuando dejemos de hacerlo nos convertiremos en monos. Cuando seamos monos el cuento desaparecerá y eso, al cuento, no le interesa.
Ganaron el III Premio Internacional Compostela de Álbumes Ilustrados que, además de la dotación económica, conlleva la publicación del libro en siete idiomas y la presencia de la familia C en las principales ferias internacionales. Dentro de vuestra amplia trayectoria ¿qué supone ganar este premio?
Mariona: Ganar un premio es siempre muy satisfactorio, es un reconocimiento a tu esfuerzo y dedicación. Este en concreto, a mí me hizo particularmente ilusión porque era con Pep, con quien hice mi primer libro, porque la editora es Kalandraka, quien publicó ese primer libro y me ha dado la sensación de ser un círculo que se cierra, un reconocimiento también a una trayectoria, la mía con Pep, como autores que han trabajado juntos a lo largo de los últimos diez años.
Pep: Después de saber toda la gente que se presentó al premio fue una sorpresa enorme. Es algo increíble el poder de convocatoria de este premio. Hablando tiempo después con amigos y con otros escritores que dicen haberse presentado al premio realmente para mí es una cosa insólita.
Personalmente es la confirmación de saber que tienes cosas que contar y que a la gente le interesa lo que tú cuentas. Cuando publicas el primer libro piensas: “Ya hice lo difícil, ¡publiqué! A partir de ahora tendré a todos los editores llamando a mi puerta”. Pero la realidad es otra, publicar el segundo fue tanto o más difícil que el primero. Cada libro que sale lleva mucho trabajo detrás. Cuando veo un nuevo libro publicado para mí es como recibir un premio.
[en un momento de la entrevista, en Ferrol, con Nacho Alonso. Foto de Paz, Kalandraka]