En julio de 2007 acababa de terminar los dos volúmenes del clásico japonés La novela de Genji, estoy hablando de más de 1600 páginas del tirón, y necesitaba algo que abriera las ventanas y permitiera que corriera el aire por la habitación del lector. Esta fue la novela elegida. Y fue todo un acierto. Ha sido una de las novelas con las que más me he reído en mucho tiempo, una novela que camina con acierto por las atribuladas aventuras de un grupo de potenciales suicidas finlandeses. Nadie me lo había recomendado, pero el título y un breve ojeo (hojeo) fueron suficientes para animarme a comprarla y devorarla. No me duró 24 horas entre las manos y guardo de ella un muy grato recuerdo. Si quieres leer un librito ameno y divertido (y con no poca hondura en algunos pasajes) no te olvides de este: totalmente recomendable.
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