Tras la III Escuela de verano de AEDA (una semana de felicidad y cuento) y la función de cuentos en el Festival de Cuentos Eróticos de Zamora (otro regalo), comienzan los días demorados del verano y con ellos un tiempo que dedico a leer y escribir, preparar los nuevos títulos de Palabras del candil, pasear, nadar, soñar... en suma, cargar pilas para el próximo curso (sólo tengo un par de funciones previstas a finales de julio en Benicàssim). No actualizaré tan a menudo la web ni el blog (ahora tengo otras prioridades) y voy a dejar descansar unas semanas a los pocos loros que quedan por aquí (¿no sabes de qué hablo?).