Tras la II Escuela de verano de AEDA (una fiesta de la palabra que he disfrutado intensamente) comienzan los días demorados del verano y con ellos un tiempo que dedico a leer y escribir, preparar los nuevos títulos de Palabras del candil, pasear, soñar... en suma, cargar pilas para el próximo curso. No actualizaré tan a menudo la web ni el blog: ahora tengo otras prioridades.